Déjame compartir unos momentos:
- Como familia, estábamos un poco alejados del cómodo final del espectro financiero. Yo era el único niño y cuando era niño, quería muchas cosas de mis padres. Yo era super exigente. Molestamente exigente, diría yo. Con el fin de satisfacer mis necesidades, mi padre sacrificó tanto. Lo único que haría es que nunca llevaba zapatos bonitos. Siempre llevaba unos baratos baratos incómodos e incómodos. A medida que crecí, maduré y fui más sensible a lo que estaba sucediendo. Un día, tuve la oportunidad de masajearle las piernas porque estaba cansado y enfermo. Cuando me masajeé el pie, sentí lo difícil que era. Era áspera, la piel desgarrada en algunos lugares, las uñas muy ásperas y qué no. Mi calor se hundió. Entonces me di cuenta de cuánto había sacrificado y hasta los detalles más pequeños, había renunciado a todo. Cuando le hablé de eso, todo lo que hizo fue sonreírme. Aprecio tenerlo como mi padre todos los días. Es el hombre más humilde, más simple y, sin embargo, más defendido que he conocido. Lo apreciaré por siempre
- El amor incondicional de mi madre hacia mí es algo que atesoro hasta el fondo. Ella ha sido ganadora de pan y ha trabajado su cuerpo y su corazón al máximo. Muchos días estará increíblemente cansada, pero nunca tuvo el corazón para decirme que no. Ella siempre cocinará para mí. Una deliciosa comida caliente llena de amor. Y cuando me lo sirviera, todo lo que haría sería ignorarla, sentarme frente al televisor y comerlo como un caballo hambriento. Ahora que estoy a 1000 millas de ella y cuidándome sola, extraño lo que ella hace por mí. Lo aprecio cada vez que tengo una comida.
- Cuando era joven, tenía mucho talento. Era realmente inteligente pero increíblemente perezosa. Asistiría a muchos programas, clases, entrenamiento y, a mitad de camino, abandonaría. No una vez mis padres tuvieron un problema con eso. Siempre decían, si es demasiado difícil, si no es algo que te gusta, está bien. A día de hoy, no puedo creer lo compasivos que son conmigo. No soy el hijo perfecto. Pero mis padres ven la luz en mí incluso cuando no lo consigo. Su amor es inocente. No esperan nada de mí. Y aprecio la libertad que me dan. Como familia, trabajamos. Lo aprecio más.