De niño aprendí que con el apoyo adecuado, los niños son increíbles y pueden hacer cosas increíbles.
Como padre, aprendí que quizás este es el trabajo más difícil y gratificante que alguien puede tener. Pero cualquiera puede tener un bebé, pero no todos pueden ser padres. Por lo tanto, ser padre no debe ser una decisión tomada a la ligera, ya que el niño no pidió nacer y merece que los padres estén preparados para estar plenamente presentes en la vida de ese niño, brindándoles amor y orientación para que puedan convertirse en miembros contribuyentes de la sociedad. Y para hacer esto con éxito, los padres deben proporcionar un hogar de amor construido sobre la base de Dios y SU palabra.