Tengo la firme convicción de que cualquier cosa que hagan los padres es lo mejor para sus hijos. Por supuesto, cada cosa que enseña explícitamente o por medio de acciones a su hijo le da forma a su futuro y personalidad. Como madre, sé que quiero que mi hijo sea el mejor y tenga éxito en lo que sea que haga y que no cometa los mismos errores que cometí en la vida y que sea siempre feliz, y trato de asearlo de esa manera.
A medida que un niño crece y de un bebé a un niño pequeño y un adolescente, su percepción de la disciplina de sus padres cambia y quieren ser independientes y hacer las cosas a su manera y detestar a sus padres si son demasiado disciplinados. He visto a tales adolescentes convertirse en rebeldes, siendo yo uno de mi adolescencia, pero con el tiempo, si los valores con los que los niños crecen son sólidos como una roca, atraviesan bien la vida. Durante un período de tiempo, los mismos niños cuando crecen se dan cuenta de que sus padres eran muy correctos y nosotros tuvimos la culpa de juzgarlos.