¿Por qué los adolescentes no valoran su virginidad?

¿Qué hay de valorar, si lo piensas? “Ooh, este pedazo de tejido que no me deja insertar tampones, eres tan preciosa para mí”? O “¿El hecho de que otras personas estén haciendo algo interesante que yo no estoy haciendo es tan valioso para mí, lo apreciaré”? ¿O tal vez “me siento tan valioso que no me haya tocado nadie, como una pieza de un producto en una tienda todavía envuelta en plástico”?

A muchos adolescentes no les resulta atractivo no poder usar tampones. O la falta de experiencias interesantes que otras personas tienen y de las que todos hablan, genial. O sentirse como un producto a la venta, atractivo.

Algunos lo hacen, por supuesto. Solo se puede imaginar la mierda que pasa dentro de sus cerebros en relación con la sexualidad y los problemas corporales.

Debido a que las niñas, y su virginidad, ya no son consideradas como un bien familiar para ser intercambiado a cambio de algún beneficio económico, social o político.

Al menos, no deberían estar en ninguna cultura civilizada.

Porque la virginidad no tiene valor. Es apenas definible y en el mejor de los casos representa la ignorancia.