Ojalá me hubieran creído.
Sabía que era gay por un par de meses para entonces y nunca lo pensé realmente. Yo era ese niño que realmente quería pasar de la preparatoria y nunca volver, los novios o las novias eran una distracción.
Finalmente, un día decidí: ‘Les voy a decir’. Mis padres no son exactamente los mejores, nunca quisieron tener hijos, pero terminaron con 5 de todos modos (3 de mi madre todos nacieron a pesar del condón y la píldora y 2 de mi padre que no estamos muy seguros de ser suyos porque su ex -la esposa engañó mucho) nos amaron, pero estaban más que felices de dejarme ser un adulto de unos 14 años. Lo que significaba que las decisiones que tomé no fueron en contra porque yo era un adulto. Por lo tanto, no pudieron decirme cómo vivir mi vida (excepto en la iglesia, pero esa es una historia diferente).
Así que me volví hacia mi mamá, nerviosa como el infierno.
“Mamá, tengo algo muy importante que decirte”.
Ella me mira como si me estuviera muriendo.
“Cariño, ¿estás bien?”
“S-sí, estoy nervioso”.
“Bueno, bien podría decírmelo ahora.”
“Mamá … yo uh … soy gay”.
“No, no lo estás.” Parpadeo y levanto la vista y ella está a la mitad del recorrido de un ojo. Ella me mira y los rueda de nuevo.
“No eres gay”.
“Sí, lo soy, creo que sería la única persona que debería saber”.
“Jordan, no eres gay. He visto cómo miras a los hombres.
“Confía en mí, no los estoy viendo como piensas que soy”.
“¿Y qué? ¿Te despertaste y de repente quieres tener sexo con Scarlett Johansson?
“No yo-”
Ella hizo un gesto con la mano, terminada la conversación, una vez más, si volvía a encenderla, estaría enfadada.
“Puedes mantener tus tendencias y fases, pero no tienes que mentirme”. Fue lo último que dijo al respecto.
A mis hermanos no les importó, mi hermano (cuyo padre es abusivo verbalmente) vino a mí y me preguntó si ser gay era algo malo.
Inmediatamente le dije que no y le expliqué que era simplemente diferente de gustos y aversiones que a mis hermanas.
Mi papá nunca lo menciona, no le importa, y parece pensar que si insinúa lo suficiente como para que Bryce, de la calle, sea un buen amante, de repente me interese.
Mi madre me pone los ojos en blanco si menciono a una novia o veo a una chica linda en el trabajo o en la biblioteca.