Me enojé con mi hija de 20 años el miércoles pasado por aceptar cambiar su horario de trabajo del Día de Acción de Gracias de 5:30 p.m. a 10 p.m. a 1:00 p.m. a 10:00 p.m. para ayudar a un compañero de trabajo a estar con su familia. Me enojé porque acababa de aceptar una invitación a la casa de un amigo para el Día de Acción de Gracias un par de días antes, lo cual él sabía y se esperaba que asistiéramos. También recibí un pastel por su cumpleaños y abrí la tapa. Lo que sucedió después fue que lo llamaron para intentar volver a cambiar su horario, le dijeron que no podía hacerlo porque era el mismo día, pero luego lo llamaron y aclararon que si llegaba a las 4 pm, eso solo contaría como media tarde. Me disculpé por ir balístico, lo elogié por lo bien que lo ha estado haciendo bien en su trabajo y que no quise negarlo y que estoy realmente orgulloso de él; luego elogié su solución de encuentro en el medio porque agradó a sus jefes (lo suficiente), me agradó el esfuerzo que realizó y no creo que esto vuelva a suceder.
¿Eso ayuda y por qué te preguntaste? Me pregunto.