Primero hay que ponerse de acuerdo sobre la terminología. Para el propósito de una respuesta, asumiré que el uso de “género” significa “sexo”.
La asignación de sexo no es “binario” (masculino o femenino). El género (cómo el individuo se ve a sí mismo) no es algo que uno pueda establecer por inspección visual.
La asignación de sexo se realiza mediante la inspección visual de los genitales en el momento del nacimiento. La mayoría de las veces esto es suficiente. Si hay alguna ambigüedad, la asignación se retiene hasta que se realicen más estudios.
En 1971 hubo un libro famoso (que luego se hizo famoso) que intentó “educar” a los médicos sobre cómo asignar adecuadamente el sexo a los bebés que tenían genitales ambiguos. El autor pretendía ser un experto (probablemente autodenominado)
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Uno de los casos ilustrativos en el libro que se destacó para mí, como estudiante de medicina, fue un conjunto de gemelos masculinos idénticos que se sometieron a la circuncisión antes del alta. El residente que realizó el procedimiento eléctricamente (cauterio) destruyó completamente el pene del segundo gemelo. Este gemelo tuvo una reasignación sexual quirúrgica y fue criado como mujer.
Muchos años después, la gemela se convirtió en una “causa célebre” cuando su historia se hizo muy conocida en “60 minutos” o en un programa similar. Su género siempre fue masculino, incluso cuando el accidente de cauterio y su asignación nunca fueron revelados a su crecimiento. Como adulta, finalmente se sometió a una reasignación sexual con el hombre para ajustarse a su identidad de género masculino.
La vida no es simple ni binaria.
Como residente, el departamento de urología me llamó para consultar por una infección urinaria recurrente (infección de la orina) y realizar una rutina pélvica y de Papanicolaou.
En el examen encontré una vulva normal, vagina pero sin cuello uterino. Le pregunté si había tenido una histerectomía y me dijeron que había tenido una cirugía de reasignación sexual unos años antes.
Como joven médico practicante, vi a una mujer de 17 años perfectamente normal (que se identificó como género femenino) que aún no tenía un período.
En el examen, tenía un desarrollo normal de los senos, vulva, clítoris y vagina normales, pero no tenía cuello uterino y, en un estudio posterior, no había útero. Su diagnóstico fue clásico AIS (síndrome de insensibilidad a los andrógenos).
Nuevamente quiero enfatizar que la vida no es simple y definitivamente no es binaria.