¿Cómo es casarse con una mujer o un hombre de un país diferente, especialmente cuando tienes diferentes puntos de vista culturales y religiosos?

Ya no soy exactamente una niña y tampoco mi esposa, pero responderé de todos modos 🙂

Ha sido mucho más difícil de lo que pensaba. Soy holandés y mi esposa es americana. Y a pesar de que ambos somos de países occidentales, resulta que nuestras culturas son muy diferentes. Vivo con ella en los EE. UU., Así que me adapto más. Los dos somos ateos, así que no hay diferencia en eso.

No creo que haya muchos países en los que los radicales de los 60 impactaron tan fuerte como a los Países Bajos. El ambiente en los Países Bajos es por lo tanto muy libre. Hay algunas áreas que son altamente religiosas, pero fuera de esas áreas puedes vivir prácticamente como quieres vivir. El sexo no es un tabú (pero tenemos embarazos y abortos en la adolescencia extremadamente bajos), puedes comportarte como quieras y vestirte como quieras (dentro de los límites legales, por supuesto). Es muy normal mantenerse en contacto con los exes, especialmente cuando hay niños involucrados, las amistades entre hombres y mujeres son normales y si usted camina en el supermercado y sonríe a personas extrañas, eso no significa que quiera recogerlos.

Imagínate venir a los EE. UU., Una pequeña ciudad de Kentucky, donde todo eso no se considera normal.
Cuando mi esposa (entonces todavía novia) vino a visitarme, la acompañé a cenar con mi ex y su nueva novia y mis dos hijos. Esos niños son casi adultos, pero el mayor es autista y el más joven tiene TDAH, por lo que son niños con necesidades especiales. Y como el padre también tiene autismo, es un padre con necesidades especiales, lo que significa que tengo que mantenerme en contacto, porque necesita ayuda para tratar con los niños (no de forma diaria o semanal, sino de vez en cuando). Además, ya que tenemos hijos juntos, creo que es importante para él saber con quién pasan el tiempo sus hijos, cuando vengan a visitarnos a los Estados Unidos.
Resulta (y eso solo salió hace una semana, más de dos años después) que mi esposa estaba horrorizada. No podía imaginarse ser amigable pero no amigos y luego querer cenar juntos.

Por lo tanto, se necesita mucha conversación, algunas peleas y discusiones, y luego darse cuenta de que es una de esas malditas diferencias culturales otra vez y luego resolverlo de nuevo. Mucha paciencia y sabiendo que hay diferencias culturales para resolver.