Hay varias formas, pero obviamente diferirá de un país a otro. El objetivo sería ayudar a estos padres a tomar conciencia de esto y apoyarlos mientras les “enseñan” a cuidar a sus hijos con cuidado. Hacerlos responsables es a menudo un buen comienzo. Si los niños están en la guardería o en la escuela primaria, la escuela puede llamar a los padres. Si un miembro de la familia o alguien cercano a la familia se da cuenta de esto, tendrá que juzgar cómo reaccionarán los padres si se les acerca directamente. Ten cuidado de no hacer que te saquen de sus vidas por completo, ya que no podrías proteger a los niños en absoluto.
También hay otras vías: la iglesia (aunque estas personas tienden a presentar una imagen completamente diferente), y también los trabajadores sociales o el bienestar infantil. Puede pedirle a alguien que haga visitas a domicilio de vez en cuando, y decirles exactamente qué cuidar, qué preguntar a los niños y cómo los padres tienden a ocultar este descuido de los demás.
Ningún sistema es perfecto, y demasiados se deslizan a través de las grietas. Si usted (o cualquier familiar o amigo cercano a estos niños) puede pasar más tiempo con ellos, también puede compensar parte de la negligencia. Haz todo lo que esté a tu alcance para que se den cuenta de que son preciosos. Un amigo mío tiene una política de puertas abiertas para niños, y todos saben que pueden tener una comida saludable allí cuando tengan hambre. También recibe buena ropa de segunda mano a través de organizaciones benéficas en caso de que la necesiten. Pero lo más importante es que hay alguien que los escucha y presta atención a sus necesidades.
Si los padres persisten en descuidar a los niños, y si la negligencia se agrava o si los niños parecen ser maltratados, los servicios sociales deberán tomar medidas para retirar a los niños. Esto es muy traumático (incluso para los niños desatendidos), por lo que el primer paso siempre sería hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que los padres den un paso adelante y asuman la responsabilidad. Pero ningún niño debería sufrir. Ser descuidado puede causar un daño emocional significativo a un niño, por lo que uno no solo debe considerar su lado físico.
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