Para mí, una cosa que es difícil de aceptar es que mi hijo no puede disfrutar del “camino fácil” en la vida. Sé que todos tenemos nuestras pruebas y tribulaciones en la vida, pero lo que un padre quiere más para sus hijos es que estén sanos y felices. Ser transgénero y tener que lidiar con todos los problemas emocionales, físicos, sociales y espirituales que lo rodean hacen que la vida sea muy desafiante.
Estoy profundamente orgullosa de mi hijo por todo lo que ha pasado y sé que mi comprensión no es suficiente para rascar la superficie. Estoy tan feliz de que él tiene un compañero maravilloso y se ha rodeado de una comunidad de amigos y familiares que lo aman por lo que es, no por su identidad de género.