Recientemente estuve en el proceso de intentar pasar la capacitación para convertirme en piloto de una aerolínea. Alguien en nuestra clase hizo una broma de que “si su primera esposa no es azafata, su segunda será …” Todos se rieron, pero tuve la sensación de que estaba en una sala llena de tiradores honestos, fieles y confiables. Un grupo de hombres (y dos mujeres) se comprometieron con la idea de ser confiables, predecibles, honestos, fieles, sinceros, precisos, seguros y puntuales. Todas estas características tienden hacia la longevidad conyugal, incluso ante la dificultad. Muchos de mis compañeros de estudios eran ex pilotos militares que habían estado en despliegues en el extranjero durante mucho tiempo, trabajos en los que te podían matar, sin saber cuándo ibas a casa o en qué forma. Sin embargo, parecían estar casados con las mismas personas con las que empezaron.
Vivo cerca del condado de Santa Clara, que en algún momento tuvo la tasa de divorcio per cápita más alta de la nación. Los trabajadores de alta tecnología se están recuperando a un ritmo mucho más rápido que los pilotos de las aerolíneas, creo.