Elimina tus juegos.
Es una verdad fea, pero es esencial si realmente quieres renunciar a los juegos. El juego puede convertirse en una adicción, y no será bueno para ti al final. Si estás seguro de que puedes limitarte a un par de horas cada dos días, entonces hazlo. Pero recuerda, una vez que comiences de nuevo, puedes caer en ello nuevamente.
Ahora no me malinterpretes, los juegos no son necesariamente algo malo. Llegas a conocer gente nueva y tienes experiencias divertidas. Pero el mundo real es diez veces mejor. Pasa tiempo con tus amigos y vive experiencias reales.
Tal vez comenzar un deporte, o comprar un pase de gimnasio. No creerías lo mucho que ayuda. El Parkour y las artes marciales son excelentes ejemplos de deportes si no estás interesado en el fútbol. ¡Estudia más duro! No hay una píldora mágica que te dé mejores calificaciones, no, ¡tienes que trabajar para ellas tú mismo!
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Espero que esto haya ayudado!