Bueno, la mayoría de nosotros odiamos a nuestros hermanos por razones conocidas por todos. Podemos pelear, luchar, robar su dinero, usar su ropa en secreto y enfadarnos cuando hacen lo mismo, pero a pesar de todo el caos, ¡siempre estamos conscientes del hecho de que nadie puede reemplazarlos!
La mayoría de nosotros consideramos a nuestros hermanos mayores o hermanos menores como nuestros guardianes secretos, o el mejor amigo que nunca hemos tenido. Pero todo esto se hace añicos cuando se salen de la línea y hacen algo que nos sacude hasta la médula. Donde un minuto pudiéramos compartir el mundo con ellos, al segundo siguiente lo pensamos dos veces antes de decirles algo. Esa confianza super única se pierde en algún lugar entre todas las mentiras y la traición que nunca pueden ser reparadas. Es simplemente horrible perder a tu hermano que vive bajo el mismo techo que tú. Es mucho más horrible perder a un amigo increíble.