Mi padrastro es un gran partidario de Juventus Football Club desde que era un niño.
Debido a un escándalo en Italia relacionado con el arreglo de partidos, la Juventus fue trasladada a la Serie B en 2006, y regresó a la Serie A el año siguiente, pero sin obtener ningún resultado sustancial. En 2011, mi padrastro se compró un par de zapatillas de Juventus, exactamente el año en que el ex jugador Antonio Conte fue nombrado entrenador.
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Juventus comenzó con un alboroto en Italia, ganando el “Scudetto”, y otro al año siguiente y otro en 2013-2014. Ya era obvio para mi padrastro que esas zapatillas traían a la Juventus tres “Scudetti”.
Un día, mientras limpiaban la casa, mi madre vio las zapatillas y su condición deplorable y decidió tirarlas. Podría haber sido una de las peores decisiones jamás tomadas.
Se volvió loco, cómo iba a ganar la Juventus ahora que las zapatillas habían desaparecido, cómo iban a ganar el 4º Scudetto consecutivo, había gritos por toda la casa y yo estaba en un rincón riéndome.
¿Adivina qué pasó en el primer juego sin las zapatillas? Juventus perdió, 2–1. Se acabó, la magia se había ido, sin las zapatillas nunca volvería a ser el mismo equipo.
Afortunadamente para mi madre, la Juventus ganó otros 2 “Scudetti” consecutivos, por lo que finalmente no tiene que volver a escuchar la historia de cómo tiró las zapatillas mágicas.