Reflexione sobre los buenos y malos recuerdos que ambos comparten. Reflexiona sobre los momentos en que ella te ayudó en una situación en la que nadie más podía. Habla sobre las cosas que tanto amas y cómo ella ha influido en tu vida. ¡Todo esto hará un buen discurso!
¡Buena suerte! Además, recuerde desearle todas las cosas buenas y recordarle que aunque esté casada, ¡todavía estará allí para ella!