Después de solo dos semanas de matrimonio, mi esposo fue despedido de su trabajo. Como uno puede imaginar, estábamos devastados y nerviosos. Vivir con un solo ingreso era difícil, pero la parte más difícil era ver cómo mi esposo se veía afectado porque no podía proporcionarlo financieramente. Tanto nuestras finanzas como nuestra autoestima recibieron un duro golpe. Lo que funcionó para nosotros es redefinir nuestros roles como pareja y permanecer anclados en nuestros votos; Principalmente para mejor o peor, más rico o más pobre. Le recordé a mi esposo a diario que su incapacidad para traer un cheque de pago no lo redefine como jefe de nuestra familia; simplemente redefine nuestras finanzas. Me aseguré de tener registros semanales, le pedí que me ayudara más con las responsabilidades del hogar y continuamos tomando todas las decisiones juntos (grandes o pequeños). Después de un año de desempleo; nuestra cuenta bancaria se agotó, pero nuestro matrimonio todavía estaba intacto. Creo que la clave para superar ese momento difícil fue nuestra capacidad para mantenernos unidos, tomar todas las decisiones juntas y simplemente validar la manera en que se sentía mi esposo.
¿Cómo manejan las mujeres a sus maridos cuando están sin trabajo?
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