Las hembras humanas no “entran en calor”.
Los humanos tienen ciclos menstruales en lugar de ciclos estrosales. Se pensó que, a diferencia de otras especies, no tenían signos externos obvios para indicar la receptividad estral en la ovulación (ovulación oculta). La investigación reciente [1] sugiere, sin embargo, que las mujeres tienden a tener más pensamientos sexuales y son mucho más propensas a la actividad sexual justo antes de la ovulación (estro). [2]
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