Durante mi divorcio, mis padres me apoyaron como si fueran pilares de roca. Una vez, después de que me separé y aún estaba por decidir o llegar a alguna conclusión final sobre mi matrimonio, llegamos a saber que un pariente nuestro estaba difundiendo la noticia de mi separación. ¡Mi mamá tomó su caso y se aseguró de que nadie se atreviera a hacerlo de nuevo!
Su apoyo me permitió sentirme confiado y encarrilar mi vida de otra manera. Además, se aseguraron de que nunca me pusieran en un estado de “lástima”. Por esto, siempre les estaré agradecido!