¿A quién le debemos más, a nuestros padres oa nuestra nación?

Tiene que ser a la vez. Si hubiera sido un mandato o una obligación contractual estricta, las personas habrían optado por asumir esta doble propiedad. Debemos debido a nuestro deseo de reembolso combinado con nuestra capacidad y depende de lo que nuestro consciente exige en ese momento. La verdad es dura, pero los padres no nos acompañarán hasta la vida y no acompañaremos a la nación por una perpetuidad. Por lo tanto, el llamado al deber es un llamado para que su conciencia actúe.