Desde un punto de vista práctico, bajo cualquier sistema legal, la exclusividad mutua de los cónyuges (incluso los cónyuges del mismo sexo) evita muchos problemas. Aquí están algunos ejemplos.
- Cuando el cónyuge A se enferma, solo hay un pariente más cercano para tomar decisiones en el hospital.
- Cuando el cónyuge A muere sin un testamento, solo hay un cónyuge que hereda la parte del patrimonio del cónyuge bajo la ley aplicable.
- Cuando el cónyuge A muere sin un testamento, si hay hijos menores, no hay problema de custodia.
- Cuando el cónyuge A decide tener una aventura amorosa, el cónyuge B solo puede demandar al cónyuge A por divorcio. No hay un cónyuge C que decida que tal vez quedarse casado con A no sea realmente tan malo, incluso si B decide irse.