La infancia poseía curiosidad, conceptos erróneos y temores!
Temía los ascensores. Recuerdo que las nuevas sociedades tenían ascensores completamente cerrados donde las puertas se cerraban lentamente desde ambos lados. Los ancianos suelen advertir varias veces que entren adentro antes de que se cierre la puerta, ¡o de lo contrario serás aplastado hasta morir! Además, los pensamientos de estar atrapado en el interior en caso de un corte de energía y lo que si me caigo en el eje del elavator mientras me rescatan son cada vez más grandes cuando era un niño.
Era aterrador que una cosa de uso diario pudiera ser tan fatal. ¡Siempre me metería en el ascensor primero y me sentiría aliviado de no morir hoy al menos al menos! Solía preguntarme cómo las personas viven con este miedo constante todos los días.