Sí, claro que es posible. ¡No solo es posible, es increíble! Crea relaciones sólidas, saludables y resistentes que pueden soportar incluso cuando las personas involucradas cambian.
En mi experiencia, hay varios requisitos para que estas cosas coexistan bien en una relación:
– seguridad Si las personas en la relación son inseguras, se vuelve casi imposible. Es difícil respetar la capacidad de la agencia o de toma de decisiones de otra persona o ser compasivo cuando sientes miedo de perder.
– Integridad. Es absolutamente esencial en una relación sana no manipular o engañar a su pareja.
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– Responsabilidad personal. Si debe actuar con compasión y respeto, debe asumir la responsabilidad no solo de sus acciones, sino también de sus emociones. Eso significa, entre otras cosas, no asumir que tu pareja está haciendo algo mal simplemente porque te sientes mal por algo y que no intentas controlar el comportamiento de tu pareja solo porque te sientes incómodo. El control tiene una relación inversa con el amor.
– Aceptación. No puedes vivir solo las partes de tu pareja que no te hacen sentir amenazado, sino que rechazan los bits que lo hacen. Si hay algo que no puedes soportar saber sobre tu pareja (su pasado sexual, por ejemplo), realmente no amas a tu pareja por lo que es.
– Límites. Las relaciones sanas son sociedades entre personas sanas y enteras; No son codependientes. Las personas más compasivas tienen los mejores límites. La compasión significa ver el bien y la humanidad esencial en otra persona. Si lo hace sin un fuerte sentido de sí mismo, corre el riesgo de perder su identidad en esa persona.
– Confía. Esto realmente no requiere explicación, espero.
– Gestión de expectativas. El amor en su máxima expresión nunca se trata de propiedad o posesión. La persona que amas es un ser humano, cuyas necesidades y experiencia son tan reales, tan válidas y tan importantes como las tuyas. No son una máquina de satisfacción de necesidades para su uso personal.
– Perdón. Nadie es perfecto. Todos nos quedamos cortos de nuestros ideales de vez en cuando. Todos nacemos de la fragilidad y el error, y si queremos amarnos unos a otros, debemos perdonar recíprocamente las locuras de los demás.
Creo que si falta uno de estos, el tipo de relación del que hablas se vuelve muy difícil.