Por qué no? Tengo 73 años y cuando tenía 15 años, mi cerebro no estaba completamente formado, lo que me llevó a pensar sobre el sexo con cualquier mujer que, aunque afortunadamente, era demasiado tímido para meterme en problemas.
Sin embargo, cuando no me estaba masturbando o comiendo comida chatarra, hice un intento ocasional de pensar. A medida que crecí en una cultura cristiana (los Estados Unidos de América) aunque mi padre me dijo que a la edad de siete años no teníamos un árbol de Navidad porque éramos judíos, mis compañeros siempre me decían que fuera a la iglesia y leyera La Biblia y mi reacción inmadura fue.
¡QUE MONTÓN DE PORQUERIA!
Un día a la edad de 15 años, traté de pensarlo racionalmente. Me hice algunas preguntas. Un intento muy inmaduro, narcisista, de diálogo socrático.
Pensé en “Dios”.
Me pregunté a mí mismo:
¿Dios existe?
Yo me respondí:
No por lo que puedo decir. No veo la menor evidencia, de todos modos.
Luego me pregunté:
Si Dios existe, ¿es Dios bueno?
Entonces intenté descomponerlo un poco más precisamente.
¿Es Dios bueno para nuestra sociedad?
¿Dios es bueno para mí personalmente?
Mis respuestas lo mejor que puedo recordar fueron:
Si Dios es bueno para la sociedad, ¿por qué permitió que ocurriera el Holocausto? ¿Por qué permite Dios que ocurran todos los horrores de la Guerra de Corea?
Cuando era joven, la guerra de Corea estaba en marcha y un gran número de tropas norcoreanas y chinas se suicidaban en ataques suicidas y el ejército de los Estados Unidos estaba siendo expulsado de Corea después de grandes pérdidas.
Luego pasé a la segunda pregunta. Pensé:
¿No estoy seguro de qué me conviene creer en cosas imaginarias?
Recuerdo que cuando era niño leía la leyenda de la nueva ropa del emperador y me identificaba con el niño que decía que el emperador no tenía ropa. Pensé que un niño que diría lo obvio que todo el mundo estaba ignorando era algo genial.
Bueno, admito que era inmaduro como un niño, y ahora que tengo 73 años y me estoy convirtiendo en senilidad, estoy inmensamente contento de que la sociedad parece estar alcanzando mis ideas infantiles.
Esa fue mi filosofía de vida infantil. Intenta descubrir la verdad y decirla incluso cuando no te haga popular.