Los padres de diferentes creencias religiosas no deben centrarse en que un sistema de creencias sea el fin de todos los medios para la dirección correcta de sus hijos. Debe haber compromiso.
Ese compromiso debe basarse en los objetivos más importantes de todos cuando se trata de sus hijos: enseñarles la estructura y los principios que los llevarán a la máxima satisfacción que tienen los padres que les enseñaron el amor, la alegría, la felicidad y el respeto por sí mismos. y otros. Es una receta simple para tener una vida productiva, sin importar la religión que uno prefiera.
Los padres deben entender que el respeto por las elecciones de los demás comienza en el hogar. Cuando los padres ponen a sus hijos en primer lugar y deciden negociar entre ellos para lograr un plan, sus creencias combinadas pueden servir para criar niños bien ajustados, sanos y felices.
Aprender las doctrinas de otras religiones nos enseña que todos buscamos básicamente las mismas cosas. Cuando el amor, la paz y el respeto estén a la vanguardia, los niños aprenderán las lecciones más importantes de la vida.
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El principio es el compromiso.