Los niños ciegos aprenden a hablar dentro del mismo rango de edad que los niños videntes. Es erróneo suponer que las primeras palabras de los niños deben ser descripciones de las cosas que ven. El vocabulario temprano tiende a caer en estas categorías:
Nombres de personas: (Mamá, papá, nombres de hermanos)
Objetos: (pelota, carro, leche, perro)
Frases sociales: (adiós, hola)
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Otros: verbos, adverbios, etc.: (más, arriba, no, mío)
Todos estos conceptos son fácilmente accesibles para los niños ciegos. La única diferencia real es que identifican a las personas y los objetos mediante el tacto, el sonido, el olfato o el gusto en lugar de por la vista.