Un niño de dos años puede tener muchas preguntas. Y para mantenerlos curiosos, es mejor responderlos que disipar la pregunta. El problema con la mayoría de los padres (incluyéndome a mí mismo) es que creemos que los niños de 2 años no pueden entender. Lo que he observado es que entienden perfectamente muchas cosas. Incluso si no pueden expresarse con palabras, sus acciones transmiten su comprensión.
Anime a su hijo a hacer preguntas y trate de responderlas de la manera más sincera posible. La desilusión que viene cuando se dan cuenta de que sus padres les mintieron de que hay hadas y otras cosas parecidas, hace que sea más probable que sean deshonestos más adelante. No siempre es fácil ser sincero, pero para preguntas muy inconvenientes, evite la pregunta o simplemente responda que esto se discutirá más adelante.