Cómo manejar la falta de respeto flagrante de sus hijos adolescentes

Demuestra que duele. Apaga y mira triste. Cuando estén tranquilos, charlar. Diga: “Cuando x ocurre, realmente me molesta. ¿Podemos manejar esto de otra manera?

Mucho depende de la edad. La voz autoritaria es diferente a la voz autoritaria. La próxima vez que pidan un ascensor, pregúntales qué hay para ti. Y señala que has hecho esto y aquello, aunque ni siquiera han sacado la basura. (La buena idea es hacerles saber que quieres que se haga antes de que salga el día) Mira malhumorado. Se sorprenderán. Te gritarán por el ascensor. Mantenga su posición a veces, establezca límites sobre cómo será tratado. Cara de popa, sin gritos.

Asegúrese de que su identidad no se encuentra con la suya. Como en, su participación en su deporte favorito es crucial. O su éxito escolar. Oye, si te acuestas ahora, dormirás. Si te acuestas más tarde, mañana será un verdadero lastre. Etc. Les gusta la elección. Puede señalar lo que es razonable para ellos, para que tengan la información. No piensan realmente bien sobre el “efecto” de la acción o la inacción.

La primera interacción con ellos cuando llegue a casa siempre debe ser POSITIVA. Una expresión de gusto y amor.

Mantén la calma: sé razonable y amable, como modelo.

Buena suerte. Realmente no soy un experto y algunos meses son horribles.

¡DARLOS!

No, espera … No hagas eso.

De hecho, no les hagas nada físico y no los castigues.

Hable con ellos al respecto.

Pregunte por qué le están faltando el respeto: tal vez no lo noten, tal vez estén deprimidos y tengan fallas en las relaciones sociales externas, tal vez simplemente falten al respeto porque son adolescentes.

Tienes que entender que los adolescentes son volátiles y muy diferentes de ti. Necesitarán un período de rebeldía. En algunos casos, lo mejor que puede hacer es permitir que ocurra esta rebelión, darles cierta independencia y, en algún momento, acudirán a usted en busca de ayuda, pero como adultos, no como niños. Esto requiere mucho trabajo por parte de los padres, en términos de dejarlo ir, pero es esencial para que su hijo madure.