Lamentablemente, es cierto que a algunos padres en realidad no les gusta o incluso pueden odiar a su propio hijo, a uno de sus hijos o a todos ellos. Hay varias razones por las que puede suceder, ninguna de las cuales es culpa del niño.
A veces, un padre emocionalmente inmaduro culpará al niño por su propia irresponsabilidad sexual; el padre le echa la culpa al niño por “atraparlo” en un matrimonio que él o ella realmente no quería.
A veces, si la madre muere durante el parto, el padre puede culpar al bebé por “matar” a su esposa. Ese es otro ejemplo de inmadurez emocional.
A veces, el padre tiene un trastorno mental grave pero no tratado como el trastorno de personalidad narcisista, y odia a su hijo por no ser lo suficientemente “perfecto”, o el padre tiene un trastorno psicótico no tratado y desarrolla creencias delirantes negativas sobre su hijo.
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Recomiendo leer el libro “Padres tóxicos”, para aprender a crear una distancia emocional saludable de un padre que no te ama, para que puedas convertirte en tu propio “buen padre” y darte el amor y la validación que necesitas. tu padre no te puede dar. La terapia puede ayudar.
Este breve artículo me pareció interesante y relevante:
Padres que odian a sus hijos: la verdad que nadie quiere admitir