El tabaco contiene nicotina. La ingesta de nicotina causa una secreción excesiva de acetilcolina, que es responsable del aumento del ritmo cardíaco, la presión arterial alta y la sobreestimulación de las glándulas sudoríparas, lo que hace que las personas suden más de lo normal.
La cura es obvia. Es decir, dejar de fumar o masticar tabaco. Los síntomas de abstinencia inmediatos serán un poco difíciles, así que no se rinda temprano.