Es demasiado fácil ser simplista para abordar este tipo de generalización excesiva. “Nuestro” poder para hacer cualquier cosa es muy individualizado. Algunos de nosotros tenemos una gran habilidad para amar. Otros de nosotros nunca lo hicieron. La mayoría de nosotros estamos en el medio.
Hay una gran dificultad que enfrentamos al hacer investigaciones en seres humanos que es lo suficientemente amplia como para que los resultados sean completos e irrevocablemente válidos. La dificultad es que somos humanos. Primero, no podemos reunir un grupo de sujetos de prueba y control lo suficientemente grandes como para formar una base para este tipo de teoría generalizada. En segundo lugar, cada individuo tiene experiencias diferentes entre sí y todos ellos actúan como variables no controladas en el estudio. Y tercero, no hay botón de rebobinado. No podemos intentar algo y luego intentarlo y probar otra cosa en el mismo tema de prueba. Una vez probado, el sujeto ya no es “ingenuo”, por lo que reaccionará de manera diferente a una prueba repetida.
Agregue el hecho de que “amor” es un término muy vago fácilmente redefinido para adaptarse a las circunstancias, ¡y Boom! Cualquier conclusión explota con el siguiente estudio.