Lo ideal es encontrar una manera de casar las dos necesidades y deseos. Es especialmente importante que los padres comiencen a enseñar cuando los niños son muy pequeños. Impartir habilidades de vida, sociales, emocionales y educativas es parte de una buena crianza. Criar niños emocionalmente sanos consiste en darles las palabras adecuadas para su edad y la crianza.
Ejemplo:
Un niño quiere caramelos antes de cenar. Los padres deben explicar que una cena saludable es importante para un cuerpo y una mente saludables. Candy es una delicia. Un placer es algo que disfrutamos de vez en cuando.
Si bien está bien, de vez en cuando, romper las reglas, es importante que los niños aprendan (cuando son muy pequeños) la importancia de una alimentación saludable y un estilo de vida. Exponerlos a una amplia variedad de alimentos saludables, incluso aquellos que no le gusten, tiene enormes beneficios.
Por supuesto, modelar buenas elecciones de comida, estilo de vida saludable, amor y relaciones respetuosas para sí mismo y para los demás, y desarrollar compasión es el mejor predictor de criar a un niño sano y bien adaptado.
Enseñar a los niños la diferencia entre “deseos” y “necesidades” es una lección de vida vital que incluso algunos adultos podrían beneficiarse. Entonces, mientras que uno necesita estar atento y ser consciente de las necesidades emocionales de un niño, los adultos deben asegurarse de que esas necesidades emocionales no sean solo “deseos” y encontrar un equilibrio entre los dos.
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“Todo con moderación incluida la moderación” Oscar Wilde