La persona con TDAH todavía está procesando ondas cerebrales de una cantidad similar a una persona “normal”, pero presta atención a más estímulos con menos atención a los individuales. Un EEG no proporciona indicaciones de TDAH. La mejor manera de determinarlo es observando a una persona.
También hay pruebas autoadministradas en las que las personas notan si tienen o no síntomas de TDAH, pero esto es más útil para adultos que para niños. Por lo general, cuanto antes se aprende a lidiar con esta forma de recibir estímulos, más fácil será aprender a controlar los efectos menos deseables.