Este podría ser un caso de indefensión aprendida.
La autoeficacia del niño, la creencia interna de poseer la capacidad y las habilidades necesarias para tener éxito en una situación particular, es aplastada por fallas persistentes y es realizada por otras personas más capaces. Estos resultados hacen que el niño se sienta impotente / indefenso e inferior.
Esta situación puede ocurrir en las escuelas (proyectos, pruebas, hacer amigos, vincularse), en los patios de recreo (sentirse diferente, tener poca capacidad atlética en comparación con otros niños) o incluso en la casa (padres que nunca le piden ayuda a sus hijos). Los daños son aún peores si el niño es intimidado / menospreciado y avergonzado constantemente.
Puede haber muchos otros factores y la única manera de tratar de identificarlos es hablar con el niño. Enséñeles a ser positivos, que el fracaso es parte de la vida y que no es igual a su futuro.