Me pregunto si alguno de ellos tiene expectativas diferentes.
Sé que esto afectó a mi ex cónyuge y a mí mismo desde el principio, pero lo atribuí a los individuos, no al general.
Cuando mi ex estaba enferma, la hacía sentir bien mimada y atendida.
Cuando estaba enfermo, quería que me dejaran solo. Sería más feliz si ella usara ese día para ir de visita. Sería más feliz si ella pudiera convencer a todos en nuestra cuadra de que también salgan de la ciudad. Si me siento miserable, preferiría valerme por mí mismo.
Por lo tanto, si cada uno de nosotros aplicara la visión simplista de la “Regla de oro” y nos tratara a los demás como NOSOTROS deseábamos ser tratados, obtendríamos exactamente al revés, muchos sentimientos heridos para todos.
Una vez que aprendimos que significaba tratar a la otra persona con el respeto y la deferencia con los que nos gustaría ser tratados, y comenzamos a aprender lo que a cada uno le gustaba, las cosas empezaron a suavizarse. Pero todavía nos equivocamos muchas veces.
Me pregunto si nuestro patrón y nuestra experiencia podrían ser más generales de lo que suponía.
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