¿Debería hacerse que un niño con TDAH de 9 a 12 años estudie una materia que sea aburrida?

Sí, deberían, y no solo porque tenía que hacerlo. La vida está llena de aburrimientos, tareas que si se evitan tienen consecuencias muy serias. Es una lección en la construcción del carácter. En muchos sentidos, el rasgo de carácter clave que conduce al éxito a largo plazo es la persistencia. Enseñarle a un niño que puede optar por no recibir material porque es aburrido, envía un mensaje de que es incapaz de superar el problema o que la responsabilidad termina cuando la vida se pone difícil.

Por otro lado, si el niño tuviera un problema de visión, no se lo pensaría dos veces antes de conseguirle las gafas. Si el niño no pudiera caminar, nunca se le ocurriría negarle los aparatos ortopédicos o una silla de ruedas. Mi metilfenidato (el ingrediente de Ritalin y Concerta) es solo una cosa más que hago para prepararme para el trabajo cada mañana, como ponerme las gafas. Sin él, no funciono tan bien. Me permite concentrarme en la tarea en cuestión sin sucumbir a la gran cantidad de distracciones.

Dicho esto, si el trabajo es aburrido, ayude a su hijo a hacer que el trabajo sea interesante. Mi hijo que tiene TDAH y Aspergers nos ha peleado con uñas y dientes en varios temas y tareas. En cada caso, descubrimos qué lo motivó y demostramos que esta tarea “desagradable” era un elemento esencial para dominar lo que realmente quería hacer. No ganamos por la fuerza, sino por la persuasión. Al final, somos sus padres y esta es una de las muchas decisiones que tomamos porque somos sus padres y no sus amigos.

Al ser TDAH, los niños nunca deben ser obligados a hacer nada. Deben seguir sus intereses y dedicar más tiempo al desarrollo de los talentos, el carácter y el enfoque de sus dioses.