En mi experiencia (como líder de desarrollo profesional y como educador), uno de los primeros pasos debe ser crear entornos para educadores similares a los que queremos que creen.
Esto significa que se debe alentar a los educadores a ser creativos y tomar riesgos, trabajar en equipos y mejorar las relaciones sociales con otras partes interesadas adultas, y estar en condiciones de ser modelos a seguir para los estudiantes y otros en la comunidad. A menudo, en las escuelas públicas estadounidenses, el trabajo de los educadores es degradante, más allá del alcance de una sola persona y, lamentablemente, se hace de manera aislada. También hay muy pocas estructuras profesionales que atraen a la gente a la carrera; los maestros nunca son promovidos, reciben un trato similar independientemente de la experiencia, la educación y los resultados anteriores, y tienen una perspectiva profesional cada vez más deficiente.
Veo prácticas de trabajo innovadoras en muchas empresas estadounidenses exitosas, como Google, Amazon, Facebook, etc., pero muy pocas en el sector público.
Si queremos que las escuelas fomenten el tipo de habilidades de alto nivel requeridas en la vida adulta, debemos invertir más en educadores. Actualmente, la “cosa” más deslumbrante que enseñamos en el sistema de escuelas públicas de Estados Unidos es que no valoramos la educación. Si pudiéramos usar las escuelas para mostrar el valor de una vida intelectual rica y el placer de aprender, estos valores mejorarían en la comunidad en general.
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