¿Por qué es importante enseñar a los niños la irreverencia?

Porque es importante que comprendan que el estado de alguien no se traduce necesariamente en competencia, sabiduría o justicia.

La reverencia no es buena para los venerados ni para los venerados. El venerado no recibe retroalimentación honesta, solo adoración. El reverendo aprende a no desafiar el status quo y a valorar los honoríficos por encima de su capacidad. Todos están engañados acerca del valor práctico de los venerados.

La irreverencia es sano escepticismo. Promueve el discurso constructivo. Se abre la posibilidad de proponer cambios fundamentales. Permite a la gente pensar fuera de la caja.

A los niños se les debe enseñar a respetar a todos, no a venerar a los “grandes”. Míralos a todos a los ojos e inclínate ante ninguno.

Yo mismo soy muy irreverente y, sin embargo, lucho un poco con el término, ya que parece denotar una falta de respeto. A veces, sí, pero con más frecuencia solo se trata de desafiar el status quo, y con frecuencia de una manera lúdica. Quisiera que mi hijo pudiera cuestionarlo todo, pero que también respete a las personas de una manera fundamental. Creo que esas cosas pueden coexistir, de todos modos.

La irreverencia crea una base sólida para el cinismo que tendrán que adquirir más tarde.