¿Cómo es ser una feminista pro-vida?

Tengo puntos de vista algo excéntricos sobre el tema del aborto. No sé si van a ayudar, pero aquí va.

Nunca, jamás, tendré un aborto. No en ninguna circunstancia. No si mi vida estaba en peligro, no si me violaban.

Tengo una hija con discapacidades físicas y de aprendizaje complejas. Cuando esperaba a su hermana menor, los médicos y las parteras se preocuparon por mí mucho más de lo que recordaba antes. Siempre me estaban probando y escaneando. Confundido, le pregunté por qué. Me dijeron que era así que mi esposo y yo podríamos “considerar nuestras opciones” si el bebé no era “normal”.

Bueno, preferiría tener dos hijos discapacitados que un aborto.

Me gustaría mover el cielo y la tierra para evitar que mi hija o sobrina aborten. La idea de que mi nieto o mi sobrino nieto fuera abortado me enferma el estómago.

Pero,

Todavía estoy a favor de la elección.

En una sociedad libre, una mujer DEBE tener derecho a decidir qué hacer con su propio cuerpo. Es un derecho humano fundamental. Los legisladores interfieren con ello a su propio riesgo.

En cuanto a mis credenciales feministas, he estado allí, he hecho eso y he conseguido la camiseta. He sido feminista desde 1970. Fui a las demostraciones y organicé las reuniones.

Después de la universidad, como mujer profesional, enfrenté el sexismo en todos los lugares a los que recurrí. A veces me enojaba, pero sobre todo me iba con mi vida, trabajaba duro y criaba a mis hijos. Y nunca dejé de ser feminista.

Soy una feminista pro vida. Quiero proteger las vidas de mujeres y niños no nacidos. Y más de la mitad de los niños no nacidos son mujeres ( más de la mitad porque los abortos selectivos por sexo significan que se abortan más niñas que niños).

Si bien el aborto ha sido considerado como un problema de derechos de las mujeres durante décadas, y el movimiento a favor de la elección a menudo describe el aborto como un escenario de mujer contra niño, este no es el caso.

Una sociedad que apoya el aborto no es una sociedad que apoya a las mujeres.

En el debate sobre el aborto, a menudo se hace referencia al embarazo como un inconveniente, ya que la madre es esclava de su matriz, obligada a proporcionar soporte vital, etc., todos estos términos negativos que presentan al embarazo como algún tipo de problema que debe solucionarse. Pero eso no es cierto. El embarazo es un proceso completamente natural, necesario para que la raza humana continúe, y la madre y el niño no son enemigos. Es degradante para las mujeres en crisis pensar que el embarazo es un problema, que solo puede solucionarse matando a su hijo. Esa mentalidad no es sana en absoluto.